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La emoción: ¿es un concurrente de la sinestesia?

Música-emoción, olfato-emoción, color-emoción… ¿son tipos de sinestesia?

Las emociones pueden ser un inductor sinestésico, o sea el estímulo que da lugar a una experiencia sinestésica, pero salvo algunas excepciones concretas no se consideran un concurrente o experiencia sinestésica en sí.


La emoción como inductor:
Con la sinestesia emoción-color, por ejemplo, el sinésteta percibe un cierto color cuando siente una emoción en concreto: si experimenta tristeza ve o siente el color morado, por ejemplo. Estos colores los percibe de forma consistente (misma emoción = mismo color) y no suelen coincidir con las típicas correspondencias culturales (rojo=ira etc.).
También hay un tipo de sinestesia en el que las emociones percibidas en los demás invocan la sensación de colores.

La emoción como concurrente:
Es frecuente que la emoción acompaña al concurrente sinestésico, pero normalmente no se considera un concurrente de por sí. La única sinestesia con concurrente exclusivamente emocional que se acepta como un tipo hoy en día es la de textura-emoción (táctil-emocional), un tipo muy raro con similitudes demostradas con otros tipos de sinestesia. En un estudio de 2008, V. S. Ramachandran y D. Brang apuntan a dos posibles casos de emociones específicas, consistentes y culturalmente atípicas relacionadas con ciertos estímulos táctiles (texturas).

Estas manifestaciones NO se consideran sinestesia:

Color-emoción: En la mayoría de las personas los diferentes colores se asocian con alguna emoción, y no se considera sinestesia. En general siguen unas pautas culturales aprendidas y aceptadas (rojo = ira, pasión; amarillo = alegría; verde = esperanza, por ejemplo).

Olfato-emoción: Los olores pueden provocar no solo recuerdos de otras épocas sino también una gama muy variada de sensaciones emocionales. Con sensibilidad y concentración nos damos cuenta de que estos recuerdos y emociones son algo maravilloso y fuera de lo común. Pero no son sinestesia. Más información sobre este interesante fenómeno en la página sobre el olfato y los recuerdos.

Música-emoción: Sentir emociones fuertes y consistentes al escuchar ciertos tipos de música (alegría, tristeza, éxtasis, nostalgia, entusiasmo, incertidumbre…) es común a la mayoría de las personas y denota sensibilidad a la música pero no sinestesia.
Aquí hay un artículo interesante sobre el tema de la música y las emociones.
El frisson, el ASMR y la dentera son tres reacciones físicas automáticas e involuntarias ante estímulos auditivos que tienen que ver con la emoción, y ninguna se considera sinestesia. Hay más información sobre estos tres fenómenos al final de la página sobre la sinestesia auditivo-táctil.

La misofonía: ¿sonido-emoción? La misofonía es una condición donde ciertos sonidos como los de la gente comiendo, sorbiendo o silbando enfadan y repugnan, provocando una reacción de angustia, de “luchar o huir”.
A pesar de que hay similitudes que llevan a algunas personas a incluirla en listas de tipos de sinestesia, es diferente por muchas razones y es erróneo considerarla un tipo de sinestesia. Difiere a la sinestesia en que es muy poco idiosincrática, exclusivamente negativa y comienza a una edad mucho más tardía, entre otras razones. Ir a la página sobre la misofonía

Sí que la emoción forma parte de otros concurrentes sinestésicos como un “sub-producto”
Frecuentemente las experiencias sinestésicas conllevan una gran carga emocional, normalmente positiva. Algunos ejemplos: una persona con sinestesia sabor-color o sabor-forma puede sentir una gran dosis de alegría o euforia al percibir sus fotismos; para un sinestésico auditivo-visual “ver” la música puede dar lugar a mucha paz y felicidad al disfrutar de los colores y las formas; para los sinéstetas grafema-color los colores de sus letras y números les parecen armoniosos y correctos e incluso pueden reaccionar con malestar y confusión si los ve representados en otro color (el “efecto Stroop”).

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